El
siglo XXI amaneció en Europa con una sola moneda. Los recalcitrantes
británicos habían sido expulsados… bueno a media, habían dejado
de ser miembros de la Comunidad Europea para ser “estados
asociados” que enviaban representantes al parlamento pero no a la
comisión y que dejaban de contribuir al presupuesto y de
beneficiarse de él. En realidad la diferencia entre un acuerdo
preferencial con terceros y un estado asociado era pequeña:
únicamente que estos últimos no tenían cuotas de exportación o
importación y que los acuerdos de aranceles no se les podían
eliminar, así como que se mantenían con ellos los acuerdos de
intercambios estudiantiles y se convergía en los planes
universitarios, especialmente Erasmus, como muy bien conoceréis por
el hecho de haber tenido que haceros pasaportes para acudir a
estudiar a Inglaterra.
Alemania
favorece la separación de las Repúblicas Bálticas de la Unión
Soviética, que se refugia en sus fronteras estableciendo una férrea
dictadura, mientras renuncia a su influencia en los antiguos países
satélites. Solo la dictadura de la familia Chauchescu permanece,
mientras sus antiguos aliados se van integrando en la Unidad Europea.
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