Acaba el día 17 de marzo del 2081. José y Nadia estaban en el restaurante persa Azraq
Chel-Lal tomándose una copa de duc. En realidad, según decía
Yousuf, el dueño del local, el duc era para tomar durante la comida,
como una bebida más, pero a Nadia afirmaba que, con la comida,
precisaba de algo más liquido y que el duc1
estaba mejor como aperitivo… y desde hacia tiempo ellos lo tomaban
así. Finalmente llegaron Robert y Kalinga.
–No sé qué manía
tienes –protestó Kalinga– de vernos en los bajos fondos, José.
Con lo bien que se está en la ciudad alta.
El restaurante, como
casi todos los demás restaurantes extranjeros, se hallaba en la
ciudad baja, o antigua, llamada así porque, tras las últimas
reformas, se había quedado debajo de la plataforma en la que se
construyó la ciudad nueva (llamada también ciudad alta) planificada
por los gobiernos dictatoriales del PUE. Esa fue la “solución
solidaria” que adopto el gobierno de la Unión Europea, cuando los
partidos de izquierda exigieron del gabinete ultraderechista al crear
las “ciudades protegidas”. Estas eran ciudades en las que casi
todo (tráfico, energía, ventilación, etc…) estaba controlado por
ordenador, y en las que los carísimos pisos poseían ventanas
herméticas con cristales especiales para el filtrado de los rayos
ultra-violeta (los mismos que protegían las elegantes calles
peatonales a las que solo se podía acceder desde los patios) y por
supuesto sistemas de aire acondicionado con eliminación de la
contaminación. El proyecto fue propuesto por una empresa privada y,
en principio, iba a ser financiado por el gobierno con vistas a crear
la futura capital de la Unión Europea. Sin embargo la oposición se
opuso a él por considerarlo elitista, la de izquierdas, o un
despilfarro de dinero público, la de derechas.
Poco duró la oposición,
tras las elecciones del 40 en las que el Partido de Unificación
nacional Europea (ultraderechista) prometió repartir los pisos
únicamente entre los ciudadanos europeos y por riguroso sorteo, en
el momento en que se acabase el proyecto, así como proteger la
mayoría de las otras ciudades frente a la contaminación y las
radiaciones, promesas que le valieron ganar las elecciones, y que
cumplió una vez aprobó la ley de exclusión, por la que se privaba
de la ciudadanía, y por tanto del sorteo, a todos aquellos que no
fueran de raza blanca. Además, en cuanto a la protección se hizo
parcial, lenta y solo en determinadas ciudades. Esto llevo a
protestas y disturbios. Cuando la oposición del CRR, conocido como
Cielos Rojos de Radiación, exigió, en una de las pocas votaciones
que pudo ganar, que se respetaran los derechos de las minorías, y se
protegiera a los no ciudadanos de los rayos ultra violeta, la
respuesta del gobierno fue que podían instalarse bajo de las zonas
protegidas (Las ciudades se elevaron para evitar las corrientes de
aguas contaminadas que, en la mayoría, aparecían por las calles
debido a lo deficiente del alcantarillado) pero que no había
presupuesto para más. Y así la mayoría de los que,
paradójicamente, habían amontonado los ladrillos y construido (con
sus manos) las grandes y nuevas ciudades protegidas, no tuvieron más
remedio que refugiarse, bajo ellas, en las peores zonas. El
descrédito final, tras el fracaso de algunas medidas, Les llevó a
perder las elecciones del 49, aunque mantuvieron el poder por
determinados subterfugis hasta que fueron perdiendo los gobiernos
estatales y estos se levantaron en el 56 contra el gobierno central
de la Unión, todos se alegraron que, pese a la política de defensa
y seguridad coordinada, los ejércitos y la policía estuvieran en
manos de los gobiernos estatales y no de la Unión, que en aquellos
momentos fue menos Unión que nunca.
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1
DUC: Bebida de yogur con hierbas refrescante y de sabor ligeramente
agrio. Creo que de origen persa, o al menos yo la probé así como
tal.
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